La muerte y resurrecci贸n de Jesucristo son los eventos m谩s trascendentales de la fe cristiana. Ambos acontecimientos est谩n unidos y hacen posible nuestra salvaci贸n. Nuestra esperanza no se basa en nuestros buenos deseos o expectativas sino en Cristo, que vive para siempre y que conquist贸 a la muerte. Nuestra fe y esperanza son vivas porque Jes煤s vive. La primera carta de Pedro nos da un magistral resumen de nuestra salvaci贸n. Los primeros 12 vers铆culos nos ayudan a tener una perspectiva correcta de lo que Dios hizo por nosotros a trav茅s de la muerte y resurrecci贸n de Jes煤s y de c贸mo nos ayudan a enfrentar en el presente los momentos dif铆ciles de la vida.
El ap贸stol Pedro comienza su carta con una salutaci贸n a creyentes expatriados que viv铆an como extranjeros en cinco regiones de Asia Menor. Esta carta es considerada 鈥渦niversal鈥 porque se aplica a todos los creyentes en cualquier lugar ya que todos nosotros vivimos de alguna manera como extranjeros en este mundo al recibir nuestra ciudadan铆a celestial (Fil. 3:20). La salvaci贸n que gozamos es un milagroso regalo en la que participan las tres personas de la Trinidad, el Padre que nos elige, el Esp铆ritu que nos santifica y el Hijo que nos rescata por su sacrificio en la cruz:
Pedro, ap贸stol de Jesucristo, a los elegidos, extranjeros dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, seg煤n la previsi贸n de Dios el Padre, mediante la obra santificadora del Esp铆ritu, para obedecer a Jesucristo y ser redimidos por su sangre: Que abunden en ustedes la gracia y la paz (1-2).
La muerte de Jes煤s en nuestro lugar nos perdona todos nuestros pecados (Efesios 1:7). La resurrecci贸n de Jes煤s nos da una esperanza viva que nos asegura una herencia que no se puede destruir, manchar o marchitar. En Jes煤s tenemos esperanza. Dios nos muestra su gracia y misericordia a trav茅s de la muerte y resurrecci贸n de Jes煤s:
隆Alabado sea Dios, Padre de nuestro Se帽or Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrecci贸n de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia est谩 reservada en el cielo para ustedes, (3-4).
Nuestra salvaci贸n ser谩 manifestada o completada en el futuro y est谩 asegurada por el poder de Dios. Esto es posible porque nuestra esperanza es viva porque Jes煤s vive. Sin embargo, el gozo por nuestra salvaci贸n no nos exenta de pruebas o momentos dif铆ciles. De hecho, los cristianos adem谩s de pasar por momentos dif铆ciles como todas las personas, tambi茅n enfrentamos circunstancias que prueban nuestra fe, pero que al salir victoriosos dan gloria y alabanza a nuestro Dios:
a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvaci贸n que se ha de revelar en los 煤ltimos tiempos. Esto es para ustedes motivo de gran alegr铆a, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. As铆 tambi茅n la fe de ustedes, que vale mucho m谩s que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrar谩 que es digna de aprobaci贸n, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y, aunque no lo ven ahora, creen en 茅l y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues est谩n obteniendo la meta de su fe, que es su salvaci贸n (5-9).
La expectativa por la venida del Mes铆as es un tema central en el Antiguo Testamento. Ahora podemos recordar la muerte de Jes煤s en nuestro lugar y celebrar su resurrecci贸n, pero los profetas anticipaban estos acontecimientos futuros a la distancia. De hecho, aun los 谩ngeles anhelan poder experimentar la salvaci贸n que ahora disfrutamos en Jes煤s:
Los profetas, que anunciaron la gracia reservada para ustedes, estudiaron cuidadosamente esta salvaci贸n. Quer铆an descubrir a qu茅 tiempo y a cu谩les circunstancias se refer铆a el Esp铆ritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando testific贸 de antemano acerca de los sufrimientos de Cristo y de la gloria que vendr铆a despu茅s de estos. A ellos se les revel贸 que no se estaban sirviendo a s铆 mismos, sino que les serv铆an a ustedes. Hablaban de las cosas que ahora les han anunciado los que les predicaron el evangelio por medio del Esp铆ritu Santo enviado del cielo. Aun los mismos 谩ngeles anhelan contemplar esas cosas (10-12).
Esta semana recordamos dos sucesos centrales de nuestra fe. El viernes santo solemnemente recordamos la muerte de Jes煤s en nuestro lugar y el domingo de resurrecci贸n celebramos que Jes煤s vive. Por lo tanto, nuestra salvaci贸n, gozo y esperanza est谩n vivas. Cada d铆a y a煤n en medio de las circunstancias m谩s dif铆ciles que podamos enfrentar, nuestra fe se mantiene firme porque Jes煤s vive. Podemos enfrentar con gozo las pruebas presentes porque Cristo vive y nuestra salvaci贸n est谩 segura. Ahora podemos unirnos al ap贸stol Pedro y juntos clamar 隆Alabado sea Dios!